Soy organizador de bodas (wedding planner) una profesión que hasta hace bien poco era una completa desconocida para la sociedad española...
En varios paises de europa e incluso gran parte de los usa es, simplemente inconcebible pensar en casarte y no contar con la ayuda profesional de alguien con la suficiente experiencia en la organización y coordinación de este tipo de acontecimientos que por otro lado, resulta ser el evento más importante de nuestra vida...
Cuando llevamos el coche al mecánico no se nos ocurre decirle cómo ha de hacer su trabajo, ni con qué herramientas, pero en este país existe cierta "costumbre" de permitir en demasía las imposiciones y ruegos de amigos, hermanos, de padres, de madres y suegras, que pobrecitos míos ponen todo su empeño, buena fé y experiencia en recordar a quien y a quien no hay que invitar al evento, dónde van a ubicar a los invitados en la iglesia y en el banquete, cuál sería el entretenimiento perfecto para el aperitivo...
Creo desde mi experiencia, que son bien pocas las bodas a las que he asistido como invitado, en las que haya tenido la oportunidad de haber visto y percibido una completa felicidad en la pareja con relación a su satisfacción con el desarrollo del evento.
Supongo que por vicio profesional, cada vez que voy a una boda como invitado, (cosa que me sucede pocas veces) trato de observar hasta el más mínimo detalle sobre todo lo que sucede, desde la elección del vestido, la decoración del lugar, la disposición del personal, hasta como se desarrollan el baile y la fiesta, sin dejar de lado detalles importantes como guardarropas, baby sitters, parkings, accesos para minusválidos o personas mayores, y siempre, repito, SIEMPRE, veo a la pareja pasarse el día de su boda trabajando como organizadores de su propia boda, cosa que hace muy difícil el completo disfrute del evento, que bien llevado, debería de acariciar los cinco sentidos de cada miembro de la pareja y de todos sus invitados.
La contratación de un wedding planner (y no de un intermediario/comisionista) que vele por vuestros propios intereses, es siempre una opción acertada y no tiene porqué ser un servicio dedicado a determinadas clases sociales o circulos elitistas, incluso me atrevo a decir que contratar un wedding planner debería abaratar los costes económicos de la celebración, y ahorrar tiempo en gestiones de documentación y expedientes matrimoniales.
Desde mi punto de vista el wedding planner es el profesional que no puede faltar en una boda, y cuando éste hace bien su trabajo, consigue que la mayoría de los invitados lleguen a pensar que la boda ha sido organizada por un amigo de la familia que los ha hecho sentir a todos como en casa, cuidando cada detalle y a cada invitado...
Desde aqui os emplazo a que planteeis vuestras dudas, he organizado más de doscientas bodas entre contrayentes españoles o de nacionalidades diferentes entre sí, y juntos hemos diseñado sus ceremonias con ilusión y sin pérdidas de tiempo en la búsqueda de los servicios, hemos preparado bromas y regalos, hemos ido juntos a las pruebas de vestido y de menú, hemos diseñado invitaciones y participaciones de sus bodas, todo pensando en ellos.., con ellos.., y como no.., compartiendo su ilusión...
Os doy la bienvenida a todos.
